martes, 20 de septiembre de 2016

Hints & Tips for Videogame Pioneers: The birth of a new era, a new medium, a new industry

En esta entrada ya hacia una breve mención a este libro publicado por Andrew Hewson en 2016. Tras la lectura, tengo que decir que es un buen libro que hará las delicias de los que vivieron (vivimos) aquella época.



Comienza con los años previos a la creación de Hewson Consultants, compatibilizando su incipiente interés por la programación de micro-ordenadores y su trabajo principal en aquel entonces, hasta la desaparición de la última compañía que mantenía el legado de Hewson. Desde sus comienzos con un ZX80, para cuya adquisición tuvo que pedir un crédito de 500 GBP, hasta el cierre de su compañía 21st Century Entertaiment especializada en juegos Pinball, ya en la segunda mitad de los años 90.

Andrew Hewson reconoce que fue arrastrado, como el resto de la industria del videojuego en el Reino Unido, por un cambio en la forma de gestionar empresas de software. Una época en la que pequeñas empresas fundadas en garajes o en dormitorios, no podían competir con una industria boyante en la que los equipos de trabajo eran cada vez más grandes y complejos. Situación que está muy bien descrita en la película-documental From Bedrooms to Billions (Anthony y Nicola Caufield, 2014), en la que el propio Hewson aparece.

Volviendo otra vez al libro, lo que más me gusta son los primeros capítulos referentes al nacimiento de un hobby, posterior desarrollo de esa pasión y la época del Spectrum. Cabe destacar la evolución de la compañía, centrada al principio en publicaciones escritas, aunque no publicó muchos libros, y su movimiento hacia la publicación de software producido por otros. Todos los programadores que publicaron con Hewson son entrevistados en el libro.

Y para terminar, una frase extraída del libro cuando estaba a punto de publicar "Hits & Tips for the ZX80" y que muestra el espíritu de esos pioneros a los que se refiere el libro: "I never attempted to seek out a publisher for the book because the idea of placing a person or organisation between me and what I wanted to do, was too awful to contemplate. Only my wife knew anything about what I was up to. I found myself a printer in Wallingford who had a new-fangled photocopying machine"